Sentir dolor durante las relaciones sexuales con penetración o la imposibilidad de llevarlas acabo, es una señal de que algo no esta funcionando correctamente. La vagina es elástica y flexible. Está diseñada para permitir la entrada del pene y la salida de un bebé durante el parto. Por lo que introducir un dedo, el pene, un tampón o el espéculo durante una valoración ginecológica, no debería producirnos dolor, si esto ocurre estamos hablando de una disfunción sexual.
Cuando hablamos de disfunciones sexuales, seguro que rápidamente pensamos en disfunción eréctil o la mal llamada “eyaculación precoz”. Pero las disfunciones sexuales no son sólo cosas de hombres, la dispareunia, el vaginismo o la anorgasmia son algunas de las disfunciones sexuales femeninas.
Las mujeres solemos normalizar el dolor, nos han enseñado que ser mujer duele. Hemos aprendido que la menstruación es dolorosa y es normal, que la primera relación sexual con penetración nos va a doler y es normal, y ya mejor no hablar del parto. El dolor en la esfera sexual femenina es tan habitual que lo hemos normalizado y creemos que es parte de nuestra naturaleza. Por eso cuando tenemos dolor durante la penetración no nos detenemos a observar que esta pasando en nuestro cuerpo. Pero quiero que sepas que el dolor siempre es una señal de la alarma a la que hay que estar atentas.
La penetración debe ser placentera, sentir dolor al inicio de la penetración o durante esta, es indicio de una disfunción sexual. Vamos a profundizar más sobre este tema.
Dispareunia
La dispareunia se refiere al dolor genital, persistente o recurrente asociado a las relaciones sexuales con penetración. Puede ser superficial o profunda.
Dispareunia superficial
El dolor se presenta en la capa más superficial, a nivel de la vulva o de la entrada vaginal y sobretodo al inicio de la penetración. Suele estar relacionada con:
- Falta de lubricación o excitación
- Déficits estrogénicos, frecuentes durante la menopausia o el período de lactancia.
- Cicatrices de episiotomías o desgarros tras el parto.
- Vulvovaginitis infecciosa por micosis.
- Neuralgias del pudendo.
Dispareunia profunda
El dolor se presenta habitualmente en el fondo de la vagina, durante la penetración profunda. Puede estar relacionado con patologías a nivel abdominopélvico:
- Endometriosis.
- Cicatricez y adherencias tras el parto o una intervención como la conización del cuello del útero por lesiones VPH.
- Síndrome de vejiga dolorosa.
- Cistitis.
- Fibromas uterinos.
- Tumores ováricos.
- Colon irritable.
- Síndrome de congestión pélvica.
- Atrapamiento del pudendo.
Vaginismo
El vaginismo se refiere a la imposibilidad de introducir un dedo, un tampón o mantener relaciones sexuales con penetración a pesar de existir el deseo sexual. Lo que ocurre físicamente en el vaginismo es que existe una hipertonía del suelo pélvico, es decir, los músculos del suelo pélvico tienen mucha tensión, son poco elásticos e imposibilitan la penetración. Existen dos tipos de vaginismo:
Vaginismo primario
Cuando una mujer nunca ha podido mantener relaciones sexuales con penetración o introducir algún objeto en su vagina como un tampón, se considera vaginismo primario.
Vaginismo secundario
Se considera vaginismo secundario, si una mujer que ya tenido relaciones sexuales con penetración, presenta imposibilidad para la penetración.
En cuanto al origen o etiología del vaginismo hay mucha controversia, algunos profesionales creen que el origen de esta disfunción es meramente psicológico. Lo asocian sobretodo al miedo a la penetración, bien sea por motivos culturales o tras una experiencia traumática cómo maltratos o abusos sexuales.
Creo que sin duda el cuerpo y la mente están directamente relacionados. Por lo que el tratamiento debe ser enfocado desde un punto de vista multidisciplinar psicólogos sexólogos y fisioterapeutas.
Pero no podemos olvidar que en el vaginismo hay una reacción física evidente que es el espasmo de los músculos superficiales y profundos del suelo pélvico. Por lo que su tratamiento debe ir enfocado a resolver la hipertonía de esta musculatura.
Lo que la fisioterapia puede hacer por ti
La fisioterapia de suelo pélvico, tiene un porcentaje de éxito cercano al 100% en casos de vaginismo. ¡El vaginismo tiene solución! Es mucho más simple y rápido de lo que piensas.
¿En qué consiste el tratamiento?
El objetivo es relajar la musculatura, para eso los fisios tenemos diversidad de herramientas que pueden ayudarte.
Lo primero es conocer tu cuerpo y tus genitales, familiarizarte con ellos. Ser capaz de verlos, tocarlos y sentirlos.
El tratamiento es hecho a medida y dependerá de tus circunstancias personales. Pero en general te puedo decir que a través del masaje, el uso de dilatadores, la normalización de la sensibilidad y la reeducación del suelo pélvico. Puedes lograr tener relaciones sexuales con penetración de forma placentera y sin dolor.
El dolor NO es normal, ¡No te conformes! Busca ayuda y vive una vida sexual plena y satisfactoria.